Vaya planazo que nos tenía preparado Paulo. No había ninguna
duda de que sería una cata muy buena, pero no esperaba tanto, lo tenía todo, una
uva que me encanta, de 4 zonas productoras muy interesantes, un poco de
suspense…y lo mejor, que yo no la organice y podía disfrutarla a tope.
Os resumo, 4 vinos monovarietales de garnacha del 2014, de 4 DO
(Campo de Borja, Alicante, Sierras de Málaga y V.T. Castilla y León). Se
trataba de poner cada vino en su respectiva DO, parecía fácil, pero estas cosas
nunca son tan sencillas…Ya sabemos que en estos juegos no tiene importancia
acertar o errar, se trata de aprender cada día un poco más…peeero el único acertante del pleno fue Rafa y aun me
estoy lamiendo las heridas ;)
Como me gustan estos juegos de análisis, hacen que te esfuerces
en encontrar similitudes con otros vinos para buscar referencias y poder ubicar
cada vino. Lo dicho, Paulo, un trabajo impecable, muchas gracias.
Al lío.
1º
Peligres 2014 (Rafa Bernabé Viñador) D.O. Alicante (9,90 euros)
100% Garnacha
13,5% vol.
Crianza de 4 meses en roble francés de 1 a 4 años de uso,
sin trasiegos.
Producción: 2500 botellas
90 Parker
Primera añada de este
tinto, monovarietal inusual de Garnacha en tierras alicantinas. La Garnacha que
regularmente se ha usado para Beryna en 2014 se mostró con una calidad muy
diferencial, es por esta razón que se decide embotellar por separado. El nombre
del vino es en realidad el de la parcela, pero bien podría tener un doble
sentido, porque resulta un tinto peligrosamente fácil de beber. En línea con
los tintos de sed, pero con rasgos claramente mediterráneos.
Un hombre apegado a la tierra, dedicado
a la agricultura y especializado en el cultivo de cítricos que un día decide
meterse en la aventura de elaborar vino.
Cuando Rafa Bernabé empezó a plantar su viñedo, las variedades que
se demandaba en la zona eran las de origen francés. Con el tiempo, empezó a
darle más importancia a las variedades autóctonas, esas a las que nadie hacia
caso en la zona. Por encima de cualquier variedad, les interesa más la calidad
del suelo, pero parece claro que las variedades que son del sitio dan mejores
resultados.
En Villena, a unos 700 metros de altitud sobre el nivel del mar se
encuentra la Finca Balaguer, finca de unas 50 hectáreas, donde también está
ubicada la bodega, y donde, con sus diferentes pagos y sus diferentes tipos de
suelo, elaboran sus vinos.
Rojo picota, capa media alta, Fruta roja, mineral, acidez muy
viva, quizás exceso de verdor, complejo y distintivo. No es el primero de los vinos sin sulfitos
que en mi opinión, tiene estos matices.
15,8
2º
Botani Garnacha 2014 (Jorge Ordoñez & CO.) D.O. Sierras de Málaga (10,15
euros)
100% Garnacha
15,5% vol.
Envejecido durante 6 meses en barricas de roble
francés.
88 Peñin
Primera cosecha elaborada a partir de garnachas de unos 25 años
de edad, cultivados bajo las premisas de la viticultura orgánica, a 700 metros
de altitud, sobre suelos arcillo-arenosos.
En este proyecto la bodega cuenta con la colaboración de los
prestigiosos enólogos Jose Luis Chueca, artífice de las garnachas de Bodegas
Alto Moncayo y Bodegas Breca, y Alistair Gardner.
Picota
con ribete violeta y nariz de buena intensidad donde destaca la fruta roja y
las notas florales, balsámicos y tostados que le dan profundidad y un punto
floral. En boca tiene un buen ataque, buena acidez y un punto tostado
ligeramente goloso.
Un
vino de “asegurar”, sin sustos, muy correcto y contenido.
16,9
3º Le
Batard 2014 (viñedos el Jorco) D.O. V.T. Castilla Y león (16,90 euros)
100% Garnacha
13,5% vol.
Crianza durante más de un año en barricas de roble francés de 500 litros.
Producción: 1900 botellas
Le Batard 2014 es el hermano pequeño
de Vino de Familia (en castellano el bastardo, la oveja negra de la
familia, esos incomprendidos de perfil interesante). Pretende ser un vino
fresco, con todas las características de la Garnacha de la zona, en el que se
intenta potenciar su lado floral, la mineralidad y la frescura que ofrece la
situación particular de la viña. Un tinto para disfrutar con la llegada del
buen tiempo, equilibrado y fresco. Un prototipo perfecto de tinto de sed.
César Ruiz, Flequi Berruti y Nacho Jiménez cierran este bien avenido cuarteto.
Todos ellos dedicados a la comercialización de vinos pero también a la faceta
de elaboradores asociados en varios proyectos personales.
Todo
empezó cuando Raúl Pérez, conocedor de la zona de Cebreros gracias a un
proyecto conjunto en el que colaboraba con la bodega Jiménez Landi, pregunta
por un viñedo en la zona, entusiasmado por sus posibilidades y con ganas de seguir elaborando. Junto a César Ruiz y
asesorados por Telmo Rodríguez, localizaron unas viñas que eran bien conocidas por su calidad. Se trataba del viñedo de un viticultor que año tras año
vendía toda la uva. Después de 5 años de trabajo en este viñedo,
tratando las cepas con respeto, sin uso de productos sistémicos y aplicando tratamientos biodinámicos,
deciden comprar la viña en 2016.
Elaboran hasta la fecha en la bodega de Raúl
Pérez en el Bierzo. Las uvas se transportan en camión
refrigerado hasta allí y siguiendo los métodos de Raúl (poco intervencionistas, 100% raspón,
pisado manual, maceraciones cortas con poca extracción) los vinos se terminan
de perfilar. En un futuro próximo este grupo de amigos tiene planteado la
edificación de una bodega funcional para
que la elaboración y embotellado se haga en Cebreros. Mientras tanto cuidan de
su activo más importante: el viñedo de 2,5 hectáreas del Paraje El Jorco. De aquí
el nombre de bodega de este proyecto de "familia elegida".
Rojo rubí, ribete
rojizo, capa media-alta.
Nariz intensa y compleja, expresiva desde un primer momento. Aromático y frutal, frutos rojos, especias, balsámicos, toques de regaliz. Muy buena acidez, con un toque rústico pero elegante, con carácter mineral. Final que deja recuerdos frutales y de especias, con un tanino fino y bien integrado, se bebe ahora muy bien aunque tiene margen de mejora. Buena persistencia. Para bien o para mal, según gustos, un vino con la característica mano de Raúl Pérez.
Nariz intensa y compleja, expresiva desde un primer momento. Aromático y frutal, frutos rojos, especias, balsámicos, toques de regaliz. Muy buena acidez, con un toque rústico pero elegante, con carácter mineral. Final que deja recuerdos frutales y de especias, con un tanino fino y bien integrado, se bebe ahora muy bien aunque tiene margen de mejora. Buena persistencia. Para bien o para mal, según gustos, un vino con la característica mano de Raúl Pérez.
16,9
4º
Veratón 2014 (Bodegas Alto moncayo) D.O. Campo de Borja (23 euros)
100% Garnacha
15,5% vol.
91 Parker
Envejecido durante 17 meses en barricas de
roble francés y americano.
Cada vez que catamos un nuevo vino de Jorge Ordóñez tenemos la
misma reacción: sacarnos el sombrero. Este hombre sabe escoger los viñedos
adecuados y rodearse de grandes profesionales para ofrecer al público, lo más
amplio posible, unos vinos deliciosos. Agradarán más o menos a unos o a otros,
porque realmente tiene un estilo, pero la calidad y la elegancia son elementos
indudables en todos los vinos que llevan su marca.
Este Veratón, por ejemplo, de Alto Moncayo, bodega en la que
cuenta con el conocido enólogo australiano Chris Ringland, es una garnacha de monte
en su pureza, elaborada con uvas de viejos viñedos, impresionante; también su
nombre, su etiqueta y la botella escogida. Un vino rico, rico: es denso, vivo,
goloso y refinado.
En copa, Veratón presenta una lágrima densa y un color vivo,
brillante, esperamos de él una golosina. ¡Olvídense de que la garnacha no tiene
color! En nariz es efectivamente goloso y con una potencia domada; su potencial
y vigor son indudables pero todos los aromas se exhiben en perfecto equilibrio
y suavidad, en armonía: notas cremosas de crianza bien integradas, jugosos
aromas de fruta, fruta roja y fruta negra, fruta fresca y madura, notas
silvestres, de especias y también balsámicas, toques ahumados... Es un vino complejo
y potente que les encantará en nariz pero que les acabará por seducir en boca:
fresco, con nervio, carnoso, muy intenso y sabroso, que insinúa unas notas
licorosas y terrosas, y presenta un fondo mineral. La elegancia es evidente y
los taninos se muestran pulidos augurando al vino una larga vida. En el
postgusto persiste el sabor de la fruta roja y negra y un recuerdo goloso, no
especialmente dulce pero sí goloso, apetecible, elegante y seductor.
Color
intenso, potente, frutas rojas maduras, sotobosque, tostados, chocolate, café…muy
complejo y goloso. Taninos sedosos, equilibrio acidez-dulzor estupendo. Final
largo. La garnacha de Aragón nos encanta, fácil de beber, golosa…
18,5Agradecer a Ursula y a Neia que nos hayan acompañado en esta velada, y que aportaseis vuestro granito de arena y vuestra experiencia. Esperamos que esta sea la primera vez de muchas. Esta también es vuestra casa.
Nos despedimos hasta la próxima cata, mayo ya está a la vuelta de la esquina.